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Resistencia antibiótica, una de las 10 amenazas a la humanidad según la OMS.

En las infecciones urinarias no complicadas en mujeres sin factores de riesgos, los tratamientos no deben superar los 5 días. Lo recomendable es usar dosis únicas (un único sobre), aconsejable terapias de 3 días con fármacos de primera generación a dosis bajas, siendo a día de hoy los fármacos de cinco días las nitrofurantoinas o las sulfamidas[1]. Desde Marzo de 2019 está contraindicado el uso de las quinolonas (ciprofloxacino, norfloxacino, ofloxacino) en toda Europa para este tipo de infecciones[2], salvo rarísimas excepciones, por las complicaciones que pueden tener a largo plazo.


Es muy típico encontrar en consultas pacientes que comentan los tratamientos pautados por sus médicos de atención primaria con expresiones del tipo “sólo me mandó un sobre…”, “me dijo que sólo lo tomara tres días....”, “no me recetó antibióticos…”. Curiosamente las decisiones correctas son penalizadas por los pacientes, claramente por desconocimiento, pues si realmente se conocieran las implicaciones que suponen el exceso o mala indicación, lo normal sería tenerle algo de miedo a los tratamientos antimicrobianos.


Una de las primeras medidas que tuvo que adoptar España fue la restricción a la dispensación de antibióticos, ahora siempre con receta médica. Antes era muy normal que si te dolía la garganta pasaras por la farmacia a comprar el Clamoxyl®. El uso de los antibióticos en manos de la población no experta era una temeridad. Pero aún con este tipo de restricciones, se ha observado que muchos facultativos pautan dosis y duraciones de tratamientos muy superiores a las recomendadas, o, quizás, movidos por la presión de las campañas de marketing, antibióticos de última generación para el tratamiento de patologías leves.


En España, los expertos piden campañas de concienciación entre el personal médico porque la amenaza de las resistencias antibióticas es muy alta[3]. En palabras del presidente de la SEIMC* “España está a la cabeza en consumo de antibióticos sin ningún motivo epidemiológico y es uno de los primeros de Europa por infecciones de este tipo. Hemos usado los antibióticos de forma errónea[4]. Se estiman que mueren anualmente en España unos 3.000 pacientes por este motivo y “la mortalidad por resistencia a los antibióticos podría multiplicarse en 2050 hasta las 40.000 muertes al año en España.”[5] Pero el problema ya no es únicamente el de las muertes, sino que la pérdida de posibilidad de uso de las primeras generaciones de antibióticos hace que se tengan emplear otros enormemente más caros, lo que hace peligrar la sostenibilidad del sistema. Llegan a ser tan mortales y con tratamientos tan caros que igualan lo que sucede con el cáncer.


La OMS la tiene dentro de las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad y es la propia OMS la que pone como causa principal “El uso indebido y excesivo de los antimicrobianos[6]. La infección urinaria es el principal motivo de tratamientos ambulatorios antibióticos en la población del primer mundo, hagámoslo bien.


 

*Sociedad Española de Enfermedades infecciosas y Microbiología Clínica

[1] Urological Infections. European Association Guidelines 2020. G. Bonkat (Chair), R. Bartoletti, F. Bruyère, T. Cai, S.E. Geerlings, B. Köves, S. Schubert, F. Wagenlehner Guidelines Associates: T. Mezei, A. Pilatz, B. Pradere, R. Veeratterapillay. ISBN 978-94-92671-07-3

[2] European Medicines Agency. Disabling and potentially permanent side effects lead to suspension or restrictions of quinolone and fluoroquinolone antibiotics. Quinolone and fluoroquinolone Article-31 referral, 2019. https://www.ema.europa.eu/en/documents/referral/quinolone-fluoroquinolone-article-31-referral-disabling-potentially-permanent-side-effects-lead_en.pdf

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